Los aceites esenciales tienen propiedades terapéuticas muy
importantes para mantener y recuperar la salud, y presentan ventajas en
comparación con otro tipo de sustancias medicinales, como la fitoterapia y los
medicamentos químicos.
Los aceites esenciales se absorben rápidamente.
Ya sea a través de la piel, de las vías respiratorias, o incluso del intestino
cuando son ingeridos, los aceites esenciales puros presentan una absorción casi
instantánea después de su administración. Esto se debe a que debido a su
naturaleza aceitosa, son muy afines a las capas grasas de nuestra piel,
logrando pasar rápidamente a nuestra sangre, y luego interactuar con nuestras
células. También se debe a que la mayoría de compuestos medicinales que forman
parte de los aceites esenciales son de muy pequeño tamaño, en comparación con
otros compuestos que se encuentran en plantas y en medicamentos, y atraviesan
las membranas del cuerpo con facilidad.
El cuerpo está adaptado al uso de aceites esenciales. El ser humano ha consumido aceites esenciales desde siempre, en los alimentos y en plantas medicinales, de manera que han evolucionado a través del tiempo mecanismos para asimilarlos y metabolizarlos. Por esta razón, el cuerpo reconoce a los aceites esenciales como algo mucho más natural y amigable que muchos de las sustancias químicas contenidas en medicamentos.
Los aceites esenciales tienen impacto sobre los sentidos. El usar aceites esenciales siempre es una experiencia gratificante, puesto que su aroma, su textura, su sabor, la sensación que produce sobre la piel impresionan a nuestros sentidos, tomando así conciencia de que estamos utilizando un producto medicinal, a diferencia de otros productos de diferente origen.
Los aceites esenciales tienen gran facilidad de aplicación, uso y dosificación. Los métodos para aplicación de aceites esenciales son sencillos y al alcance de toda persona: masajes, fricciones, un difusor, unas gotas en agua, entre otros. Sus usos más básicos no requieren de conocimientos especializados, y pueden diluirse con facilidad en aceites vehiculares para tener dosis más bajas.
Sin embargo, hay que recordar que el uso de aceites
esenciales terapéuticos no reemplaza a un tratamiento medicamentoso establecido
por un médico, pero puede complementar y mejorar mucho los resultados, logrando
así alcanzar la recuperación y el bienestar más rápidamente, y es mejor
utilizarlos solos para tratar molestias cotidianas y no complicadas. Además,
debemos asegurarnos de usar aceites esenciales que tengan certificación de pureza
de grado terapéutico, puesto que con calidades menores, no obtendremos los
resultados esperados, o incluso podríamos deteriorar nuestra salud.
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