martes, 29 de noviembre de 2016

Terapia de los 4 elementos en lesiones crónicas



Una lesión crónica se desarrolla lentamente con el tiempo y produce dolor al usar la articulación o musculatura implicada, pero también cuando se está en reposo. Las causas más comunes de lesiones crónicas de tejidos blandos son los malos hábitos de movimiento y actividad, problemas estructurales del cuerpo, el ejercicio inadecuado, y los traumatismos, entre otros.

Se han obtenido muy buenos resultados en este tipo de lesiones con la aplicación terapéutica de los 4 elementos, que consiste en el uso de técnicas naturales que usan frío, calor, agua, e incluso, medicina vibracional. Hemos visto su efectividad especialmente en lesiones de espalda, como en el caso de problemas tan complejos como hernia discal.

Inicialmente, la lesión estará caracterizada por intenso dolor e inflamación que aparece súbitamente, que corresponde a la fase aguda. Como un recurso para la desinflamación en esta fase está la aplicación de frío. Este produce efectos fisiológicos sobre el organismo, como disminución del metabolismo local, disminución del edema y la inflamación, disminución del espasmo muscular, disminución del dolor, vasoconstricción… Existen muchos medios de aplicación, como bolsas de hielo convencionales, toallas o paños húmedos refrigerados, baños fríos, inclusive podemos recurrir a las bondades curativas de la tierra, arcilla o barro, vía emplastos, vendajes, o aplicación directa, que combinada con aceites esenciales adecuados que cumplen ese efecto terapéutico, facilitan el proceso de recuperación.

Cuando ha pasado la fase aguda, inicia la fase crónica, cuando se recomienda el tratamiento a través de la aplicación de calor. El calor produce relajación general de la tensión y el espasmo muscular, aumenta la distensibilidad de los tejidos de colágeno, disminuye la rigidez articular, reduce el dolor y la inflamación, y aumenta el flujo sanguíneo. Se aplica con bolsas o compresas de agua caliente, baños calientes, terapia geotermal o piedras calientes, con la aplicación de aceites esenciales de naturaleza cálida.

Superando la fase inflamatoria, y conjuntamente con el tratamiento para la fase crónica, se procede a la rehabilitación de las zonas afectadas por la lesión, a fin de recuperar su funcionalidad. Los ejercicios aeróbicos son aquellos que tienen una intensidad baja o moderada, cuya duración es larga y se basan en ejercitar los músculos con una correcta oxigenación que permita la producción de energía celular. Lógicamente, en esta práctica es muy importante la adecuada respiración, que permitirá que el oxígeno contenido en el aire promueva el metabolismo de los músculos afectados, mejorando así su resistencia, flexibilidad, y fuerza.

Otro tipo de terapia física es la hidrocinesiterapia, que consiste en la realización de ejercicios en agua aprovechando las propiedades térmicas y mecánicas de la misma y las ventajas de la desgravitación. Así obtenemos el fortalecimiento y resistencia muscular, aumento de la circulación sanguínea, disminución del dolor, relajación muscular, mejora de la elasticidad a nivel de tejidos periarticulares. Otro de sus principales efectos es mejorar la percepción del esquema corporal, la coordinación motriz y el equilibrio. Estos ejercicios van en complemento con la rutina terapéutica mencionada anteriormente.

Finalmente, consideramos un quinto elemento en la terapia: la energía. Los desequilibrios energéticos en el cuerpo humano tienen mucho que ver con los dolores crónicos y son considerados en las terapias complementarias energéticas. En este caso, el dolor puede considerarse como una señal del cuerpo, una manifestación de que las actitudes mentales o emocionales no son las correctas. Por tanto, hay que saber interpretar el mensaje que el dolor nos está dando. Para esto, utilizamos la terapia floral, puesto que según los postulados del Dr. Edward Bach, el dolor es el resultado de la crueldad hacia los demás y hacia nosotros mismos. A través de las esencias florales adecuadas, la toma de conciencia sobre este aspecto aportará enormemente al tratamiento del dolor, permitiendo identificar las causas más profundas provocan su aparición, y mejorando la actitud del paciente en todas las fases del tratamiento.

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