La gastritis es un trastorno muy común en la actualidad. Una gran
cantidad de casos corresponden a gastritis de origen emocional, ya que
el estrés o la ansiedad pueden afectar a nuestro estómago y provocar una
gastritis tanto emocional como nerviosa.
La gastritis nerviosa
se considera una enfermedad que se genera en el aparato digestivo,
principalmente en el estómago, el cual sufre una inflamación de la
mucosa gástrica. Independientemente de otras causas, como la presencia
de la bacteria Helicobacter pylori, sus síntomas están asociados a
emociones como estrés, ansiedad, agobio, que son creados en el curso del
día a día por el trabajo y por las responsabilidades familiares. La
inflamación de la mucosa gástrica provoca ardor, quemazón, dolor,
acidez, etc., siendo estos solo algunos de los síntomas que se presentan
en la persona cuando sufre de esta enfermedad.
El estrés provoca
que el cuerpo produzca adrenalina, y cuando esto se da de manera
constante, el estómago produce una mayor cantidad de ácidos estomacales,
lo que debilita su estructura.
Pero decir esto es insuficiente, puesto que a lo largo de la vida, enfrentamos cientos de situaciones distintas que nos provocan estrés, por lo que tenemos que saber identificar qué situación específica es la que está afectando a nuestro estómago. Un tratamiento farmacológico nos ayudará a aliviar los síntomas, pero mientras no afrontemos las causas emocionales que lo provocan, el problema seguirá.
Pero decir esto es insuficiente, puesto que a lo largo de la vida, enfrentamos cientos de situaciones distintas que nos provocan estrés, por lo que tenemos que saber identificar qué situación específica es la que está afectando a nuestro estómago. Un tratamiento farmacológico nos ayudará a aliviar los síntomas, pero mientras no afrontemos las causas emocionales que lo provocan, el problema seguirá.
Ya que el estómago es el órgano
de la digestión, y produce mayor cantidad de ácidos para poder digerir
algo que se encuentre en él, hay que preguntarnos: ¿Qué situación estoy
viviendo, que no puedo aceptar, comprender, digerir, y que la veo como
un peligro para mi bienestar y supervivencia? ¿Qué hecho de mi exterior
me es difícil incorporarlo a mi interior (mis creencias, mi forma de
pensar, mis valores, mi realidad)? ¿Ante qué idea nueva me estoy
resistiendo? Generalmente será una situación impuesta, algo que no
queríamos “tragar” (aceptar), pero sin embargo, lo hemos hecho, y nos es
difícil de “digerir” (aceptar). La gastritis es una forma callada del
cuerpo para gritar: “¡Esto no puede ser así!”, y la inflamación es la
manera de hacer sentir ese rechazo.
¿Qué podemos hacer? Al
identificar aquello que no queremos aceptar, debemos analizarlo,
comprenderlo, y lo más importante, reconocer y aceptar con sinceridad
los sentimientos que nos provoca, sin evadirlos ni ocultarlos ante
nosotros mismos. Quizás sea una situación que en efecto, no tenemos por
qué aceptarla puesto que nos hace mal, y por tanto, debamos soltarla. O
quizás es algo que debemos aceptar por nuestro bien, aunque no nos
guste. En este caso lo que debemos soltar es el control que queremos
tener sobre aquel suceso, desarrollar tolerancia y dejar que las cosas
fluyan.
Para apoyarnos en este proceso, tenemos varias esencias
florales que nos ayudan a liberar los nudos y bloqueos mentales y
emocionales que desarrollamos debido a las resistencias. Así, una
terapia floral adecuada nos ayudará a reducir la irritabilidad y la
represión, dándonos la capacidad para confrontar y expresar la energía
bloqueada, desarrollar tolerancia hacia nuestro exterior y con nosotros
mismos, elevar la vibración en el tracto gastrointestinal para liberar
bloqueos, desintoxicar, purificar, y reducir la inflamación.