sábado, 1 de agosto de 2015

¿Sabías que...


Vivir sin pedir nada


Aromaterapia

La aromaterapia es una forma de terapia natural que utiliza a los aceites esenciales de las plantas como medio para ayudar a recuperar la salud física, mental y emocional, o promover estados deseados como relajación, alegría, concentración, etc.
Los aceites esenciales son mezclas de sustancias que las plantas producen en forma natural en diversas partes, aunque principalmente en flores, frutos y cortezas.
Tienen múltiples funciones, como atraer a los insectos y pájaros para la polinización, protegerse de bacterias, hongos, parásitos y depredadores, e incluso se tiene conocimiento de que podrían ser una clase de medio de comunicación químico entre planta y planta para producir ciertas reacciones ante peligros o ambientes adversos.
El uso de aromas es tan antiguo como la humanidad y han sido utilizados en medicina, belleza, ritos mágicos y religiosos, como conservantes, saborizantes, etc. La ciencia ha comprobado que los aceites esenciales poseen moléculas que tienen actividades sobre el organismo, y por tanto, pueden aprovecharse para luchar contra infecciones, así como controlar y curar enfermedades.
De hecho, los efectos de la aromaterapia se manifiestan en varios niveles.
- Un nivel puramente físico, a través de la modificación de procesos corporales, como si de una medicina se tratase. Por ejemplo, regular ciertas hormonas, estimular la cicatrización, desinflamar, calmar dolores, mejorar la circulación sanguínea, entre otras. Aquí se incluye su capacidad para combatir bacterias, hongos y virus que provocan enfermedades.
- Un nivel mental y emocional, que está ligado a lo físico. Los aromas que percibimos a través de nuestro olfato tienen mucha influencia sobre nuestro cerebro. Desencadenan recuerdos, emociones y sentimientos que influyen sobre nuestra manera de ser. Así, los aromas de los aceites esenciales pueden traernos sensaciones de paz, tranquilidad, amor, vigor, fuerza interna, entre muchos otros.
- Un nivel energético y espiritual, puesto que se considera al aceite esencial como el espíritu de la planta. Los aceites poseen una alta vibración y su influencia sobre los campos energéticos es considerable. Al utilizar la poderosa energía natural de los aceites esenciales, podemos transformar nuestro cuerpo energético en nuestro beneficio.
En aromaterapia se hace uso de los aceites esenciales de grado terapéutico, es decir, completamente puros y garantizados para ser administrados tanto dentro como fuera del cuerpo, aunque también de infusiones de plantas en agua que contienen pequeñas cantidades de aceite. El aceite puede ser administrado por cualquier vía, en dependencia de sus características, toxicidad y propósito: directamente bajo la lengua, disperso en agua y tomado por vía oral, en cápsulas, en supositorios por vía rectal, a través de la aspiración directa o mediante difusores, en la piel de manera pura o utilizando vehículos de otros aceites, en cosméticos como cremas, lociones, ungüentos, incluso algunos de ellos pueden ser inyectados bajo estricto control médico.
Los aceites esenciales pueden tener distintos costos, desde muy económicos como aceite de limón, hasta de costo considerable como los aceites de algunas flores. Sin embargo, sus beneficios son comprobados en muchas áreas y de forma inmediata. Por ejemplo, el efecto sedante del aceite de lavanda se experimenta al momento de su uso, así como el efecto vigorizante del aceite de menta solo con inhalarlo.
Otra ventaja es que basta con unas cuantas gotas para experimentar sus beneficios, es decir, las dosis son muy bajas, y no poseen tantos efectos adversos como los medicamentos químicos, aunque no están exentos de estos, por lo que se requiere asesorarse con alguien capacitado en su uso.
La aromaterapia además de ayudarnos en la salud, nos trae regocijo y nos permite conectarnos más con nosotros mismos y con la naturaleza. Sus beneficios no son solo personales, sino que pueden ser compartidos con la familia y seres queridos.
Si deseas más información sobre esta terapia, no dudes en comentar.

¿Sabías que...


La Terapia Floral

La terapia floral, conocida como Flores de Bach, remedios florales o esencias florales, es un sistema de curación energética desarrollado por el médico Edward Bach entre 1926 y 1934.
A través de sus investigaciones, el Dr. Bach se percató de que pacientes aquejados por los mismos males tenían personalidades, actitudes y emociones similares. Con estas pruebas, y además a través del rescate de conocimiento antiguo y su profunda intuición, proclamó que las enfermedades inician en la mente, debiéndose a “un conflicto entre la personalidad y el alma”.
Mientras vamos por la vida, tomamos actitudes, comportamientos, desarrollando creencias sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea, que crean tal discrepancia entre lo que creemos que somos y lo que somos realmente. Cargamos con el pesado equipaje de todo aquello que vivimos, acumulando tantos pensamientos y emociones inútiles, que en ocasiones ni siquiera son nuestros. Estos llegan a tener tal peso en nuestro ser que pueden afectar al cuerpo físico, en ocasiones de manera rápida, y otros de manera lenta y continuada, gestando una enfermedad. ¿Quién no ha sentido síntomas en el cuerpo después de haber tenido un ataque de rabia, o una profunda tristeza, o estar sometido a presión emocional?.
Así, los síntomas, problemas de salud y patologías que experimentamos vienen a ser como llamados de atención que nos indican que hay algo mal en nuestras vidas, algo que necesita ser corregido. Cuando se toma conciencia de esto, el “nudo” se resuelve y el cuerpo empieza con su natural proceso de autosanación.
El Doctor Bach identificó 7 grandes errores que nos conducen a la enfermedad: La ignorancia, el egoísmo, la inestabilidad, el odio, la crueldad, el orgullo y la codicia.
Para lograr esa toma de conciencia y por tanto, la recuperación de la salud mental, emocional y física, se utilizan los remedios florales, que son soluciones hidroalcohólicas (de alcohol y agua) de flores silvestres. Cada flor se corresponde con un sentimiento, estado de ánimo, actitud, error, etc., y así al ingerir la esencia por vía oral, aplicarla tópicamente o ponerse en contacto con ella, se logra afectar a los cuerpos energéticos de la persona y promover el restablecimiento del equilibrio perdido. Incluso, algunos remedios están hechos con agua de diferentes manantiales del mundo con propiedades energéticas especiales.
Originalmente, el doctor Bach creó 38 esencias, las que son conocidas como Flores de Bach o remedios clásicos, pero hoy contamos con diferentes sistemas florales que se crean con la flora de diferentes partes del mundo, y tratan un amplio grupo de desórdenes.
Las esencias florales no tienen principio activo, es decir, no poseen sustancias químicas que puedan medirse e interactuar físicamente con el cuerpo. El verdadero remedio se encuentra en la vibración de las flores que pasan al agua a través del proceso de preparación, debido a la capacidad que tiene el agua para “grabar” las vibraciones a las que se encuentra sometida, para luego transferir aquellas vibraciones a nuestro propio campo energético, en un proceso que apenas se está empezando a comprender a través de los descubrimientos de la física cuántica.
Tomar esencias florales es como ponernos frente a un espejo que nos hace ver cómo somos realmente, y que la imagen que tenemos de nosotros mismos quizás no es la real. Así, empezamos a corregir los comportamientos, emociones y pensamientos negativos para ser como realmente debemos ser, más armonizados, completos y felices, y por ende, hay sanación en todos los ámbitos que nos componen.
Así, tenemos remedios para combatir los miedos, los comportamientos dominantes o sumisos, la baja autoestima, el autorrechazo, la apatía, la inseguridad, la ansiedad, y un larguísimo etcétera, y por tanto ayudar al control y sanación de todo tipo de enfermedades.
Desde el instante en que iniciamos a tomar esencias florales, empezamos a cambiar. Nos damos cuenta de quiénes somos en realidad, y qué es lo que realmente queremos. El mundo toma un significado distinto y por fin vemos nuestro lugar en él. Dejamos de preocuparnos de las cosas que no merecen preocupación, y a prestar atención a lo que sí lo merece. Es vivir en un estado totalmente distinto, sin una venda sobre los ojos.

¿Qué son las terapias alternativas?

A lo largo de la historia de la humanidad, nuestro concepto de salud y enfermedad ha variado en cada época y cada contexto, influenciada por creencias y culturas, así como el acceso a nuevos conocimientos. De la misma manera han variado los métodos para recuperar y mantener la salud, desde las primeras ceremonias mágico- religiosas del hombre antiguo, cuando se vislumbraba el uso de plantas medicinales como resultado de la estrecha relación del hombre con la naturaleza, hasta las modernos concepciones actuales fundamentadas en los avances científicos. Con todos los adelantos actuales, era de esperarse que, según el lado más conservador de la ciencia médica, las enfermedades logren ser superadas y controladas de manera casi definitiva. Si embargo, la realidad es otra, puesto que nos estamos enfermando cada vez más, y no solamente por motivos fisiológicos, sino también por las presiones mentales y emocionales a las que nos somete el vertiginoso ritmo de vida actual.
Es por esto que actualmente hay una fuerte corriente de pensamiento que promueve el regreso a lo natural, a no considerar al ser humano únicamente como un cuerpo, una máquina biológica que necesita ser arreglada como si de un automóvil se tratase, sino como un ser completo, compuesto de mente, sentimientos, creencias, viviendo en un contexto social y cultural que influencia cada aspecto de su existencia. Es aquí donde reaparece el interés por las terapias alternativas.
El fundamento de las terapias alternativas es que el cuerpo posee una capacidad innata para protegerse, regularse y recuperarse ante cualquier alteración a su equilibrio, y esto es algo que las ciencias biológicas reconocen y confirman. Nuestros glóbulos blancos nos defienden contra microorganismos dañinos, destruyen células alteradas que podrían provocar cáncer, nuestra piel se regenera por si sola ante agresiones, nuestras neuronas crean nuevas conexiones entre sí cuando así se requiere, etc. Pero, ¿por qué nos enfermamos a pesar de poseer tal mecanismo de regulación?. La clave está en la pérdida de ese equilibrio, entre las diferentes partes que componen nuestro medio interno (cuerpo, mente, emociones) y este respecto a nuestro medio externo (nuestro círculo familiar, social, laboral, la naturaleza, como percibimos la realidad). Incluso con nuestros componentes más sutiles, como el espíritu, el alma, la divinidad y la razón de ser de cada uno de nosotros en el mundo.
Así, las terapias alternativas promueven la autocuración del cuerpo a través de medios físicos, psicológicos y energéticos, utilizando productos naturales, que a la vez nos permiten tomar conciencia de nosotros mismos para corregir errores y comportamientos que no van de acuerdo con lo que debemos ser y hacer. Otra de sus grandes ventajas es que presentan menores efectos adversos que la medicina convencional, cuando son bien utilizadas, además que aportan bienestar mental y emocional inmediato al paciente.
Sistemas de salud de muchos países del mundo las han incorporado dentro de sus prácticas medicinales, como medicina complementaria, es decir, que se aplica en combinación con terapias convencionales para maximizar los efectos y asegurar una salud integral.
Dentro de estas, podemos mencionar a la fitoterapia, aromaterapia, homeopatía, Flores de Bach, gemoterapia, acupuntura, biomagnetismo, entre muchas otras que son diariamente utilizadas por millones de personas alrededor del mundo, viendo su calidad de vida aumentada, así como su actitud frente a la vida.