Para comprender la manera en la que las esencias florales actúan en nuestro ser para sanarnos a todo nivel, primero debemos conocer algunos principios postulados por el Dr. Edward Bach, el sistematizador de esta terapia.
1. La verdadera esencia del hombre es el alma, y ese es nuestro verdadero ser. El alma es la chispa divina, y por tanto somos invencibles e inmortales.
2. Somos personalidades colocadas en este mundo con el fin de obtener conocimiento y experiencia en la vida terrenal. Esto nos permite alcanzar las virtudes y borrar los defectos, a fin de acercarnos a la perfección. Por esto, el alma nos coloca en ambientes y situaciones específicas a propósito, que nos permitan desarrollar este objetivo.
3. Nuestra efímera “vida” es solo un momento en el curso de nuestra evolución. Nuestro nacimiento está “infinitamente lejos de nuestro principio”, y nuestra muerte está “infinitamente lejos de nuestro final”. Nuestra vida es como “un día de escuela”, puesto que pasamos por diferentes vidas, y los cuerpos y personalidades que vamos adquiriendo a través del tiempo, son solo instrumentos para aprender.
4. Si la personalidad está en armonía con los designios de nuestra alma (los que nos llevan a aprender las lecciones de cada vida), todo irá bien, independientemente del tipo de vida que nos tocó vivir. Pero, si la personalidad se aparta de ese sendero, o se ve agobiada por los deseos y problemas mundanos, empezarán los conflictos, que se manifestarán como enfermedad e infelicidad.
5. Formamos parte de una misma Unidad con todas las cosas, puesto que provenimos de una misma creación. Por tanto, la separación es solo una ilusión, y cualquier acción contra nosotros mismos o contra los demás, afecta a toda nuestra situación, y por ende, a la unidad.
Desde este punto de vista, la enfermedad es benéfica, puesto que nos alerta de que no estamos en el camino de aprendizaje que deberíamos seguir, y por tanto poniendo atención a esto, podemos regresar a la armonía. Sin embargo, no siempre tomamos conciencia de esto, y seguimos a ciegas, dando vueltas en aquellos desequilibrios, enfermándonos cada vez más en cuerpo, mente y emociones.
Por tanto, hay dos grandes errores: ir contra los dictados de nuestra alma, y actuar contra la unidad. Así, se identifican los 7 grandes errores por los cuales aparecen todos nuestros trastornos, y a los que primordialmente va dirigida la sanación a través de esencias florales
1. El orgullo, que es no reconocer que la personalidad está sometida a los designios del alma, y que solo somos piezas en el esquema general de la creación. Puede causar enfermedades caracterizadas por rigidez y endurecimiento del cuerpo. La virtud que la vence es la humildad.
2. La crueldad contra nosotros mismos y contra los demás, que se da por una negación de formar parte de la unidad, y de que nuestras acciones afectan a ese todo. Causa dolor en el cuerpo y sufrimiento. La virtud que la vence es el amor (por los demás y por nosotros mismos) y la compasión.
3. El odio, que es la oposición total al amor del Creador y de la unidad, el estar en contra de la ley de la creación. El odio causa soledad, cólera, histeria, trastornos nerviosos. La virtud que la vence es el amor.
4. El egoísmo, que es también la negación de la unidad y de las obligaciones que tenemos por los demás, anteponiendo nuestros propios deseos. Causa enfermedades caracterizadas por introspección, como neurosis, neurastenia. Se lo vence con generosidad y desapego por las cosas innecesarias.
5. La ignorancia, que es no querer ver la verdad, rehusarse a aprender, que nos lleva a cometer actos por rechazar esa verdad y conocimiento. Causa enfermedades caracterizadas por la falta de percepción, como miopía y pérdida auditiva. Se la vence con sabiduría.
6. La inestabilidad, indecisión y debilidad de carácter, cuando negamos el conocimiento de que somos parte de una divinidad inconquistable e invencible, y por lo tanto no seguimos nuestros designios. Causa trastornos que afectan al movimiento y la coordinación. Se vence con fortaleza y coraje.
7. La codicia, que es negar la libertad e individualidad de cada ser ante el deseo de controlar, moldear y mandar a los demás, algo que no nos corresponde. Causa enfermedades caracterizadas por la incapacidad del cuerpo. Se vence con respeto y reconocimiento de la libertad de los demás.
Las esencias florales, con su alta frecuencia vibratoria, nos ayudan a tomar conciencia de estos defectos y a desarrollar las virtudes correspondientes, para así disolver los trastornos que fueron causados, y permitirnos estar en armonía con nosotros mismos y nuestro entorno, para aprender las lecciones generales a todo ser: el amor, la libertad interior, la unidad y la sabiduría, así como las lecciones particulares de cada uno.
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