Uno de los más grandes retos de la ciencia que rodea a los
aceites esenciales es entender cómo es que funcionan en el organismo. Se han
realizado múltiples estudios utilizando la tecnología más moderna, lográndose
identificar el modo de acción de muchos de los componentes de los aceites esenciales
en las células, y comprendiendo así los beneficios que aportan a la salud y la
mejor manera de utilizarlos.
Sin embargo, hay un hecho que aún no es completamente comprendido,
incluso por los científicos dedicados a esto. Sabemos que los aceites
esenciales están compuestos por muchas sustancias, que, en la mayoría de los
casos, alcanza varias decenas. La ciencia ha destacado en cada aceite esencial
a los componentes que se encuentran en mayor cantidad, y es a estos a los que
se ha atribuido el efecto del aceite completo. Pero, las pruebas clínicas han
demostrado que cuando se separan a estos compuestos individuales y se prueba su
actividad individual, se observa que son menos potentes que el aceite esencial
completo. Esto se debe a un fenómeno que se conoce como sinergia.
La sinergia, en biología, se da cuando la acción conjunta de
dos o más sustancias es más fuerte que la acción de cada una de las sustancias
por separado. Este es un efecto que se utiliza por ejemplo cuando se combinan
varios medicamentos para tener un efecto más potente.
Dentro de los aceites esenciales, todas las sustancias que
los conforman, y que se encuentran en bajas cantidades, actúan de forma unida
para provocar un efecto terapéutico potente que sería mucho menor si hubiera
una sola sustancia.
Como se comentaba, la manera en que esta sinergia ocurre no
está del todo comprendida, pero algunos estudios recientes han arrojado luz
sobre este problema. Uno de ellos demostró que algunos terpenos (un tipo de
compuestos que se encuentran en los aceites esenciales) tienen la capacidad de
aumentar la fluidez y permeabilidad de las membranas de las células. Así, estas
moléculas pueden unirse a algunos lípidos que componen las membranas celulares,
creando unos pequeños canales que permiten que otras moléculas de poco tamaño,
como las que se encuentran en los aceites esenciales, ingresen a las células y
tengan su efecto terapéutico. En otras
palabras, algunas moléculas presentes en los aceites esenciales permiten que
otras moléculas ingresen al interior de tejidos y células en mayor cantidad, y con
mayor rapidez y facilidad que si estuvieran solas.
Esto se ha visto, por ejemplo, al estudiarse el aceite
esencial de copaiba. Investigadores notaron que los sesquiterpenos de este
aceite, humuleno e isocariofileno, e incluso un anticancerígeno llamado
paclitaxel, entraban en mayor cantidad a las células cuando eran combinados con
beta cariofileno, otras de las sustancias presentes en copaiba.
Así, la ciencia está comprobando cada vez más el postulado
de la medicina aromática sobre usar los aceites esenciales puros y sin
adulteración en lugar que sus compuestos por separado, para obtener la más alta
seguridad y eficacia, y que en la naturaleza nada se crea por casualidad y todo
tiene su razón de ser.
Fuentes:
Hąc-Wydro, K., Flasiński, M., Broniatowski, M., &
Sołtys, M. (2017). Studies on the Behavior of Eucalyptol and Terpinen-4-ol -Natural
Food Additives and Ecological Pesticides- in Model Lipid Membranes. Langmuir, 33(27), 6916-6924.
Legault, J., & Pichette, A. (2007). Potentiating effect
of β‐caryophyllene on anticancer activity of α‐humulene, isocaryophyllene and
paclitaxel. Journal of Pharmacy and Pharmacology, 59(12), 1643-1647.
No hay comentarios:
Publicar un comentario