lunes, 18 de diciembre de 2017

El todo es mayor a la suma de sus partes: sinergia y aceites esenciales



Uno de los más grandes retos de la ciencia que rodea a los aceites esenciales es entender cómo es que funcionan en el organismo. Se han realizado múltiples estudios utilizando la tecnología más moderna, lográndose identificar el modo de acción de muchos de los componentes de los aceites esenciales en las células, y comprendiendo así los beneficios que aportan a la salud y la mejor manera de utilizarlos.

Sin embargo, hay un hecho que aún no es completamente comprendido, incluso por los científicos dedicados a esto. Sabemos que los aceites esenciales están compuestos por muchas sustancias, que, en la mayoría de los casos, alcanza varias decenas. La ciencia ha destacado en cada aceite esencial a los componentes que se encuentran en mayor cantidad, y es a estos a los que se ha atribuido el efecto del aceite completo. Pero, las pruebas clínicas han demostrado que cuando se separan a estos compuestos individuales y se prueba su actividad individual, se observa que son menos potentes que el aceite esencial completo. Esto se debe a un fenómeno que se conoce como sinergia.

La sinergia, en biología, se da cuando la acción conjunta de dos o más sustancias es más fuerte que la acción de cada una de las sustancias por separado. Este es un efecto que se utiliza por ejemplo cuando se combinan varios medicamentos para tener un efecto más potente.

Dentro de los aceites esenciales, todas las sustancias que los conforman, y que se encuentran en bajas cantidades, actúan de forma unida para provocar un efecto terapéutico potente que sería mucho menor si hubiera una sola sustancia.

Como se comentaba, la manera en que esta sinergia ocurre no está del todo comprendida, pero algunos estudios recientes han arrojado luz sobre este problema. Uno de ellos demostró que algunos terpenos (un tipo de compuestos que se encuentran en los aceites esenciales) tienen la capacidad de aumentar la fluidez y permeabilidad de las membranas de las células. Así, estas moléculas pueden unirse a algunos lípidos que componen las membranas celulares, creando unos pequeños canales que permiten que otras moléculas de poco tamaño, como las que se encuentran en los aceites esenciales, ingresen a las células y tengan su efecto terapéutico.  En otras palabras, algunas moléculas presentes en los aceites esenciales permiten que otras moléculas ingresen al interior de tejidos y células en mayor cantidad, y con mayor rapidez y facilidad que si estuvieran solas.  

Esto se ha visto, por ejemplo, al estudiarse el aceite esencial de copaiba. Investigadores notaron que los sesquiterpenos de este aceite, humuleno e isocariofileno, e incluso un anticancerígeno llamado paclitaxel, entraban en mayor cantidad a las células cuando eran combinados con beta cariofileno, otras de las sustancias presentes en copaiba.
Así, la ciencia está comprobando cada vez más el postulado de la medicina aromática sobre usar los aceites esenciales puros y sin adulteración en lugar que sus compuestos por separado, para obtener la más alta seguridad y eficacia, y que en la naturaleza nada se crea por casualidad y todo tiene su razón de ser.

Fuentes: 

Hąc-Wydro, K., Flasiński, M., Broniatowski, M., & Sołtys, M. (2017). Studies on the Behavior of Eucalyptol and Terpinen-4-ol -Natural Food Additives and Ecological Pesticides- in Model Lipid Membranes. Langmuir, 33(27), 6916-6924.


Legault, J., & Pichette, A. (2007). Potentiating effect of β‐caryophyllene on anticancer activity of α‐humulene, isocaryophyllene and paclitaxel. Journal of Pharmacy and Pharmacology, 59(12), 1643-1647.

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