El acné
suele ser un problema que preocupa mucho a los jóvenes. Tiende a aparecer
durante la adolescencia, cuando los cambios hormonales desencadenan un exceso
de producción de grasa sobre la piel, que puede conducir a un bloqueo de los
poros, puntos negros, espinillas y barros. El estrés ante situaciones como
exámenes, conflictos familiares o en el colegio, tiene influencia en la
aparición del acné, así como sentimientos de ansiedad, miedo y celos, que
pueden presentarse en estas situaciones.
Existen
cientos de productos en el mercado que prometen curar esta condición, sin
embargo, la mayoría de estos solamente privan a la piel de su flora bacteriana
benigna, creando problemas posteriores, como infecciones dérmicas por bacterias
y hongos oportunistas.
Cuando
se trata el acné, es muy importante que exista una visión integral de cada
caso, tomando en cuenta los factores emocionales y del estilo de vida del
paciente. Por ejemplo, es necesario observar la dieta para evitar aquellos
alimentos que pueden agravar esta condición, como ricos en condimentos y grasas,
y productos lácteos. Siempre y cuando el estilo de vida hay sido intervenido,
se verá la efectividad de varios aceites esenciales conocidos por sus
propiedades antiacné.
- Geranio: es imprescindible en cualquier tratamiento para el acné, ya que combate la infección, las pústulas, la ansiedad, el estrés, y reduce los sentimientos de miedo y celos.
- Lavanda: es antiinfeccioso, reduce las pústulas, la ansiedad y el estrés.
- Bergamota y Limón: son antiinfecciosos, ayudando a reducir la ansiedad y balancear las emociones.
- Melaleuca: es un excelente antiinfeccioso, por cuanto debería ser usado siempre en cualquier combinación para el tratamiento del acné.
Se
recomienda también usar aceites esenciales con propiedades astringentes, que
ayuden a balancear la secreción grasa de la piel y curar las lesiones, como
verbena exótica, eucalipto y comino negro.